DIARIO DE RUTA POR ALBANIA EN 12 DÍAS
DÍA 1. Llegada a Tirana
Una vez llegamos al aeropuerto de Tirana a media tarde, hicimos un par de gestiones que creemos que fueron un acierto para nuestro viaje. La primera, acudir a una casa de cambio y cambiar algo de euros a Leks (tampoco muchos porque el cambio en el aeropuerto está más bajo que en la ciudad). Es importante recordar que el pago con tarjeta/ contactless… en Albania no está muy extendido: Hasta en las gasolineras nos dijeron que “only cash”. La segunda cosa importante, fue ir a la tienda Vodafone del aeropuerto a comprar una tarjeta SIM que nos costó 2000lek o 18€.
Para llegar a la ciudad puedes recoger allí mismo un taxi o tu coche de alquiler, pero nosotras, para ahorrarnos dos días de coche, decidimos ir en el bus público que solamente nos costó 3€ por persona. Eso sí, no es una buena opción si tienes prisa…hasta que no estuvo el bus lleno, no salió.
Escogimos un alojamiento céntrico para 2 noches llamado Buff Hostel y, aunque optamos por una habitación privada, vivimos el ambiente hostel en la terraza interior de este lugar.
Por recomendaciones, cenamos en Oxhakët y fue todo un acierto, comida tradicional y bien de precio.
DÍA 2. Visitar la ciudad de Tirana
Por la mañana hicimos un free tour en español que cogimos a través de Guruwalk. Nuestro guía fue majísimo y nos hizo recomendaciones, nos resolvió dudas y nos hizo el tour muy ameno. Junto a él descubrimos la historia albanesa y visitamos algunos de los más importantes lugares de la ciudad, podréis acceder a ellos visitando nuestro artículo Que ver en tirana? Comimos en Oda, un lugar tradicional albanés con mucho encanto y aire acondicionado! El precio es muy accesible y el personal muy amable.
También por nuestra cuenta visitamos la Mezquita, el Bazaar y el Bunkart 2.
Por la tarde recogimos nuestro coche. Es muy normal que compañías oficiales que operan fuera del aeropuerto realicen sus gestiones a través de whatsapp y sin pedirte dinero por adelantado. Este fue nuestro caso en el que, a través de una recomendación, contactamos con nuestra empresa por Whatsapp y la gestión fue ideal. Tened en cuenta que contratar un seguro a todo riesgo será muy importante, teniendo en cuenta el estado de algunas carreteras y lo mal que conduce la gente por allí. Así pues, nuestra opción fue un SUB, que agradecimos un poco más adelante, en nuestra visita a los Alpes.
DÍA 3. Llegamos a Theth
Las carreteras principales albanesas suelen estar bien pavimentadas y en buenas condiciones. Sin embargo, las carreteras secundarias o las zonas rurales o montañosas no suelen estar en tan buen estado. Teniendo en cuenta este factor, esperábamos peores carreteras hasta Theth. A vuestro favor, tengo que decir que el puerto de montaña que subes y bajas para llegar a Theth ya está asfaltado y, aunque es una carretera estrecha y con curvas, se circula bastante bien. Eso sí, una vez llegas a Theth, no hay caminos y calles asfaltadas por lo que un buen vehículo te puede salvar de un accidente o pinchazo (muy muy común por la zona). No olvidemos tener en cuenta que es común que los conductores conduzcan a alta velocidad y hagan adelantamientos peligrosos. Ah, y que no apuréis en gasolina y llenéis vuestro tanque antes de pasar Shköder, ya que las gasolineras en las zonas de montaña brillan por su ausencia. Si queréis saber más, visitad nuestro artículo Albania en coche
A pesar de los desafíos que presenta el camino hacia Theth, las vistas, los paisajes y la belleza natural del lugar es impresionante y espectacular. Así que creemos que Theth es una parada obligatoria en cualquier viaje a Albania.
Una vez allí, la vida rural es muy diferente a la ciudad. En Theth la mayoría de alojamientos son Guesthouse muy familiares que ofrecen comida tradicional y te organizan rutas y trekkings por toda la zona.
Esa tarde, después de hospedarnos y comer, hicimos un trekking hasta la cascada de Grunas. Para llegar a las Cascadas de Grunas desde Theth, hicimos una caminata de aproximadamente dos horas. La caminata es un poco exigente, ya que implica una subida constante aunque no tiene mucha dificultad. Una vez llegamos, disfrutamos de las vistas impresionantes de esa gran cascada de 30 metros. Eso sí, el agua estaba tan fría que solamente logramos meter los pies. Es importante llevar calzado adecuado y tener precaución al caminar cerca del agua.
Al bajar, contemplamos el anochecer en los alrededores de la iglesia católica de Theth, esa iglesia icónica de las fotos que encontrarás sobre el lugar. La iglesia de San Juan Bautista fue construida en el siglo XVIII y es uno de los sitios más visitados.
Esa noche cenamos una sopa de cordero que recordaremos toda la vida. Incluso repetimos y tomamos 2 platos. Aunque durante el día el calor es horrible, por la noche refresca y apetece. El Jani me qepe es un plato caliente y reconfortante hecho con cordero, cebolla, zanahorias, pimiento, tomates y especias locales. La sopa se sirve con pan casero, que se hornea en hornos de leña tradicionales.
DÍA 4. Excursión al Blue Eye
La excursión al Blue Eye de Theth fue una aventura de tres horas a través de las impresionantes montañas albanesas. La caminata fue exigente y valió la pena el esfuerzo. Recomendamos que no empecéis en Theth pueblo a caminar, sinó que con un coche adecuado o las furgonetas 4×4 que van hacia el inicio de la ruta, recortéis unos cuantos kilómetros a pleno sol por una pista forestal. Lo recomendamos porque optamos por hacerlo caminando y terminamos haciendo autoestop!! Ah, y vivimos un pinchazo del coche que nos acogió. Finalmente, y después de las aventuras, llegamos a la impresionante fuente de agua de color turquesa y pude ver cómo fluía el agua de la fuente subterránea. Todavía me sorprende cómo con el calor que hacía, el agua podía estar tan y tan y tan fría. No tuvimos valor a meternos aunque vimos a algunos atrevidos que no duraban más de 30 segundos en el agua. La caminata de regreso fue un poco agotadora con tanto sol, pero seguimos disfrutando de las vistas. Unos metros antes de llegar a la zona de parking, hay un río con saltos de agua del que pudimos disfrutar mucho, por fin la temperatura del agua era soportable!
DÍA 5. Sköder
Por la mañana siguiente, emprendimos nuestro viaje hacia el sur del país aunque nos depararían aun algunas paradas en el camino. De bajada, solo a 75km al sur de Theth llegamos a Sköder en unas 3 horas. Una vez en Shkodër, hay mucho que hacer y ver. Visitamos el imponente castillo de Rozafa, construido en el siglo IV a.C. y que ofrece vistas impresionantes de la ciudad y sus alrededores. También exploramos el casco antiguo de la ciudad, lleno de callejones y edificios históricos y tomamos un desayuno bien dulce en una de las cafeterías tradicionales albanesas.
Por la tarde fuimos en coche hasta el Lago de Shköder, y definitivamente vale la pena visitarlo si tienes la oportunidad. Este lago es el más grande de los Balcanes y se extiende por más de 370km2. Este lago está situado en la frontera con Montenegro. De hecho, dos tercios del lago son albaneses y uno montenegrino. Hay varias rutas de senderismo para caminar alrededor del lago y merece la pena, aunque nos dio un poco de pena la suciedad en algunas zonas!
Por la noche, Shkodër también es una buena opción para el ocio nocturno. Definitivamente os recomendamos la calle Kole Idromeno, dónde hay opciones de ocio para todos los gustos!
DÍA 6. Berat
Los viajes en coche por Albania eran un reflejo de la sociedad albanesa. Este trayecto de un poco más de 3 horas se nos hizo ameno. Observando por la ventanilla del coche podías ver una gran cantidad de contrastes: lujo y miseria, cultura, diversidad, amabilidad, hospitalidad… Mercedes lujosos que te adelantaban a todo gas, paradas de fruta fresca en medio de cualquier carretera, puestecitos de maiz tostado en las rotondas, chabolas, palacios, millones de gasolineras, paisajes impresionantes, restaurantes con gente majísima… Tuvimos un pequeño contratiempo con el aire acondicionado y unos señores que trabajaban en un tren de lavado nos ayudaron aceptar nada a cambio. El turista el Albania está muy bien cuidado. Si queréis saber más podéis entrar a nuestro artículo sobre la seguridad en Albania.
Berat es una hermosa ciudad en el centro de Albania, conocida por sus casas blancas tradicionales y su impresionante castillo. Al ser un sitio bastante turístico, hay muchos restaurantes que te darán de comer a cualquier hora del día. Hicimos un Free Tour que creemos que merece la pena, porque Albania tiene mucha historia y en Berat merece la pena indagar en ella. Exploramos el casco antiguo que es Patrimonio UNESCO, admiramos esas casas con más de 200 años de antigüedad, cruzamos el río, y por la noche pudimos ser partícipes de un concierto al aire libre de varios grupo y bailes tradicionales mientras tomábamos un cóctel en “Cinema” Bar Republika. Os lo recomendamos para después de cenar un buen Byrek de queso y espinacas! La gente es muy acojedora y, de hecho, acabamos aprendiendo los pasos de su baile tradicional (aunque con muy poco arte).
DIA 7. Despedimos Berat y nos vamos a la playa
Del día anterior nos había quedado pendiente subir al Castillo de Berat. El castillo es una impresionante fortaleza que se encuentra en la cima de una colina en el centro de la ciudad. Desde aquí se obtienen vistas panorámicas del casco antiguo y del valle del río Osum. Se puede acceder en coche al parking más cercano, pero subir andando des del casco antiguo es más emocionante. Una vez allí, hay diferentes itinerarios para recorrer andando ese espacio. A nosotros nos decepcionó un poco ver que estaba tan en ruinas y que la mayoría de estructuras que quedan no están siendo muy cuidadas ni restauradas. Sin embargo, creemos que tiene su encanto y que sus vistas son maravillosas.
Después de visitar el castillo de Berat, otra vez volvimos a la carretera y a partir de allí terminó esa parte del viaje más auténtica y culturalmente rica para adentrarnos en unos últimos días de playa, relax y diversión.
El tirón de coche hasta el sur de la Riviera Albanesa no mereció tanto la pena como esperábamos ya que imaginábamos las playas de los Reels de Instagram y encontramos un turismo salvaje que ha invadido hasta el más mínimo espacio de arena en las playas. Así que encontramos playas preciosas y un mar espectacular pero, eso sí, lleno de resorts, sombrillas y hamacas en playas privadas. Hay que ir un poco con esa mentalidad si no quieres decepcionarte. Como ventaja, os diré que el precio de hamacas, sombrillas, bebidas y comidas en los Beach Clubs, Beach Bars y Sunset Bars parecidos a los que puedes encontrar en Ibiza a precios impagables, están en Saranda y Ksamil a precios muy muy asequibles para nuestros bolsillos.
Entre Saranda y Ksamil escogimos alojarnos en Ksamil, una ciudad pequeña, más tranquila y con menos movimiento y locura que Saranda. Si lo que buscas es bullicio, lujos y vida nocturna, Saranda es más tu ciudad.
Esa noche decidimos salir de fiesta a Orange, un beach club que nos habían recomendado en Saranda en el que sonó mucho Reggaeton y música albanesa. El tipo de fiesta es muy diferente a lo que estamos acostumbrados aquí. Se lleva el aparentar y el lujo y se estilan mucho las mesas y zonas VIP. Aún así, es genial para descubrir un poco más sobre la vida nocturna albanesa y conocer gente, porque allí la gente es muy maja y respeta mucho al turista.
DÍA 8. Pema e Thate
Aunque a primera hora visitamos un par de playas más en Ksamil, creemos que este día se centrará en la mejor playa que visitamos y decidimos quedarnos el resto del día: Pema e Thate. Es un destino turístico ideal para aquellos que buscan un ambiente tranquilo un poco lejos de la ciudad. Acceder a ella significa coger el coche unos 15 minutos de Ksamil y 30 de Saranda. Esta playa ofrece aguas cristalinas y una impresionante vista de la isla griega de Corfú. Nosotros no fuimos a Corfú, pero en el artículo Corfú (próximamente) a tiro de piedra tienes más información. Pema e Thate es una playa poco conocida por los turistas y, por lo tanto, no está abarrotada de gente. La playa cuenta con algunas instalaciones como sombrillas y tumbonas, camas de playa y un chiringuito con bebida y comida. Sí, como ya hemos dicho, en el sur de la Riviera Albanesa no esperes playas salvajes. Como información importante, queremos resaltar que no se puede hacer top less en la playa. Sabíamos que allí la gente es algo tradicional en general pero no tanto como para que el dueño de las tumbonas viniese personalmente a pedirnos no hacerlo.
La puesta de sol fue absolutamente espectacular y esa noche cenamos baratísimo sopa de pollo y mejillones al vapor en Zgara Tradicionale Qendra. En Ksamil, hay varios restaurantes que sirven mejillones frescos de la zona, ya que la pesca es una importante actividad económica de la región. .
DÍA 9. Mala mar en Ksamil
Después de un desayuno tradicional con fruta, queso feta, pepino, huevo y byrek, nos disponiamos a descubrir nuevas playas cuando nos explicó la casera del Guesthouse que ese día había muy mala mar. Efectivamente, comprobamos que era así y en la misma playa pedimos recomendación y la verdad que salvamos bastante el día playero! Optamos por un Beach Club diurno que tenía una piscina de agua salada y una zona resguardada de la ventolera de ese día. Por 13euros tenías una sombrilla y tumbona para todo el día. Comimos en su restaurante también. Por la tarde visitamos el Parque Nacional de Butrinto. La entrada incluye la visita al castillo, las ruinas del teatro y la reserva natural circundante. Es una joya arqueológica que data de la época griega y romana, rodeado de naturaleza. Más que las ruinas, valoramos mucho la historia del lugar. Ese día disfrutamos de la puesta de sol cerca de la iglesia ortodoxa, allí tienes una buena panorámica del lugar y estás en un lugar más natural y relajado.
DÍA 10. Playas salvajes hacia Himare
La Riviera albanesa todavía tiene playas muy vírgenes, salvajes y poco concurridas. Sin embargo, no son las que nos vendió Instagram con sus Reels. De camino a Himarë, empezamos a descubrir esa belleza explorando por nuestra cuenta, observando y guiándonos entre la vista relieve de google maps y nuestras vistas desde los acantilados de la carretera costera que sube a Himarë. Así pues, no podemos recomendar un nombre de una playa en concreto porque no sabemos ni los nombres que tenían, pero sí que os queremos citar las zonas dónde encontrar esa belleza serena y relajante que todavía no está masificada. La primera de ellas es cercana a la playa de Lukovë. El acceso es una pista forestal estrecha con un poco de estilo 4×4. Por suerte no nos encontramos a ningún coche de frente porque realmente había tramos estrechos. En estas playas la arena es de piedra pero la inmensidad del mar y los acantilados sin gente de por medio es brutal. Las otras dos playas que invitamos a descubrir son Piqueras beach y una pequeña bahía que se encuentra un pelín antes de Porto Palermo.
Llegamos con hambre a Himarë a la hora de cenar y fuimos a investigar el centro. Himarë es una ciudad de playa mucho menos concurrida que las ciudades del sur y tiene un paseo marítimo pintoresco no muy grande. Caímos en la tentación de cenar crepes, olía todo el paseo de maravilla!
DÍA 11. Himare
Durante todo el viaje hemos tratado de ahorrar y desayunar de supermercado los días en que los alojamientos no incluían desayuno. En Himarë encontramos los alojamientos más caros de todo el viaje. Nos alojamos en Vila 8, una habitación cuquísima a 5 minutos por escaleras a la playa principal de Himarë. El acceso en coche no era fácil, pero las vistas eran preciosas.
Pues eso, después de desayunar recargamos fuerzas antes de que hiciese demasiado calor para subir hacia el Castillo de Himarë. No es un camino largo, son aproximadamente 500 metros pero la ruta es empinada. Tardamos unos 25 minutos en llegar y las vistas fueron espectaculares. Recomendamos subir pronto para evitar el calor y mucha gente.
Después de eso, decidimos continuar descubriendo playas. Mucha gente nos había hablado de Gjipe así que dedicamos el día a esta playa. Tomamos la carretera SH8 hacia el sur de la ciudad de Himare y después de unos 5 km, tomamos el camino hacia Jale Beach unos 10km. Una vez en Jale Beach, tomamos la carretera hacia Gjipe unos 2 km. Aparcamos al final de la carretera y tuvimos que andar como media hora cuesta abajo hasta la playa. Valió la pena, solamente se llenó en algún momento del día por la llegada de turistas en barcos que hacen Boat trips por las playas de la zona. La verdad es que no era tan tan virgen como las playas del día anterior, pero el acceso fue aventurero. Ese día comimos en el chiringuito de Gjipe, no tenía un menú muy variado pero estaba bien de precio teniendo en cuenta el lugar en el que nos encontrábamos. Antes de volver al alojamiento para ducharnos y salir a cenar, nos quedamos tomando algo en la playa grande de Livadhi y vimos la puesta de sol en el mar. Esa noche cenamos en un restaurante griego del paseo pero no recordamos el nombre! No dejéis de buscarlo porque cenamos muuuuuuy bien.
DÍA 12. Vuelta a Tirana
Nos despedimos de La Riviera Albanesa para empezar nuestro camino de vuelta a Tirana. Para ir en coche desde Himare a Tirana, recorrimos aproximadamente 230 kilómetros en dirección norte. La carretera estaba en buen estado y el viaje duró aproximadamente 3 horas y media. Si quieres más información sobre viajar en coche por Albania, visita nuestro artículo (próximamente). Llegamos a Tirana, dejamos el coche y el propietario de la empresa nos llevó con su coche al aeropuerto. Esta vez no teníamos tanto tiempo como cuando llegamos, así que decidimos que optar por el autobús de línea era demasiado arriesgado. Este hombre nos cobró unos 12€, más que el transporte público pero menos que un taxi. De esta manera, nos aseguramos llegar a la hora y no perder el vuelo. Nos sobró algo de efectivo y en la casa de cambio del aeropuerto lo cambiamos. Excluyendo vuelos y coche, el coste de alojamiento por persona fueron unos 160€ y el resto de los 12 días unos 500€ por cabeza.
Conclusión
Tras 12 días de viaje, puedo concluir que Albania es un país de contrastes, de lugares mágicos preciosos y construcciones sin sentido, pobreza y lujo, masificación y naturaleza… Un viajazo lleno de experiencias, aventuras, risas, gente majísima y cultura viva. En resumen, Albania me ha dejado un recuerdo imborrable! Recomiendo a cualquier viajero que se deje llevar por la curiosidad y el espíritu de aventura, y que descubra todo lo que este país tiene que ofrecer porque no les va a dejar indiferentes.